El campus de Madrid de la Universidad de Navarra ha acogido la presentación del libro Quarentena, del artista Antonio Girbés, en el que la mitad de los beneficios se destinan a Niños Contra el Cáncer. El libro retrata la parte más íntima de la rutina diaria del autor, a través de fotografías realizadas en su propia casa durante los meses de confinamiento. El libro está a la venta a través de la página web de Niños Contra el Cáncer, en TROA librerías (Clínica Universidad de Navarra y Universidad de Navarra) y también en la Tienda del Museo Universidad de Navarra.
En este evento de presentación, los doctores Elena Panizo y Felipe Calvo, junto a la enfermera Marta Naranjo, de la Clínica Universidad de Navarra, explicaron la labor de Niños contra el Cáncer y acercaron los últimos avances que se están produciendo en el tratamiento del cáncer infantil.
“Hay mucha variabilidad en la tasa de supervivencia en niños, ya que depende del tipo de tumor. Por eso la investigación es fundamental y Niños Contra el Cáncer es un apoyo imprescindible para continuar haciéndolo, y también para los tratamientos. Necesitamos que los niños que se curan lo hagan en buenas condiciones, sin secuelas que los hagan dependientes en el futuro”, indica la Dra. Panizo.
Para el equipo médico, una de sus grandes preocupaciones es la cura sin toxicidad en los pacientes pediátricos. Para conseguir este objetivo, uno de los avances que se han producido es la protonterapia, la radioterapia externa de mayor precisión, ya que protege al máximo el tejido sano cercano al tumor sin exponerlo innecesariamente a la radiación, por lo que se considera la radioterapia de elección para los niños.
“Los datos de protonterapia de Estados Unidos y Europa de los últimos quince años son espectaculares, muy por encima de lo que se preveía. La protección de la neurocognición, la tolerancia hematológica y la escasa reaparición de tumores radioinducidos son los tres puntos fundamentales de esta técnica”, señala el especialista en Oncología Radioterápica Felipe Calvo.
El trabajo en equipo es básico en este tipo de tratamientos. “Los niños no se preguntan por qué están en esa situación, sino que asumen lo que llega sin cuestionarlo y siguen siendo eso, niños. Por eso, si ellos son héroes, también lo son sus padres. Ellos necesitan un apoyo, un hombro donde llorar y que les transmitamos esperanza”, asegura la enfermera Marta Naranjo.